Braquiterapia de próstata

Tratamiento para el cáncer de próstata

La braquiterapia de próstata ha sido utilizada en los Estados Unidos durante más de una década y es actualmente el tratamiento más emergente para el cáncer de próstata. Este procedimiento, en el que se implantan semillas radioactivas, yodo (I-125) o paladio (Pd-103) en la próstata, es menor. Los pacientes operados normalmente pueden regresar a su rutina a los pocos días.

De manera parecida a la radioterapia tridimensional (3DCRT), un tratamiento que a menudo se combina con la braquiterapia de próstata, el objetivo de este procedimiento es atacar a las células dañinas y preservar el tejido saludable. La radioterapia de las semillas destruye las células cancerígenas dañando su ADN. Cuando suficiente cantidad de ADN ha transpirado, las células cancerígenas mueren debido a que no pueden crecer. Las células que inicialmente no fueron matadas, se dividen en un esfuerzo por crear dos células cancerígenas, que normalmente son destruidas más adelante por la radiación El tejido saludable normalmente es restaurado después del daño causado al ADN.

A pesar de que las semillas implantadas en la próstata son radiactivas, tienen muy poca energía. Las pequeñas cantidades de radiación emitidas desde la próstata, generalmente no son una amenaza para otros. No obstante, se recomienda que el paciente limite su contacto con niños y mujeres embarazadas durante los dos primeros meses de tratamiento. Una semilla I-125 tiene una vida media de siete días y es inactiva después de 12 meses, en contraste con la semilla Pd-103, que tiene una vida media de diecisiete días y es inactiva después de tres meses. No hay necesidad de extraer las semillas una vez están agotadas ya que no dañarán el cuerpo.

Actualmente, no todos los pacientes de cáncer de próstata son elegibles para este tratamiento. Sin embargo, se estima que, dentro de los próximos años, más del cincuenta porciento de los hombres con este tipo de cáncer se someterán al procedimiento de implantación de semillas.